El fríjol, es un producto que a través del tiempo ha logrado
convertirse en fuente primordial de alimento para el hombre. El ser humano, desde
tiempos precolombinos, tuvo la capacidad de domesticar y más tarde desarrollar
variedades capaces de adaptarse a condiciones específicas de cultivo, cuya
relevancia actual llega incluso a trascender vínculos culturales y tradicionales de
producción y de consumo, tal es el caso del continente latinoamericano donde tiene
mayor aceptación. Al llevar a cabo una revisión de literatura, datos históricos y fuentes
complementarias, se ubica una fuerte asociación de la leguminosa con la tradición,
las cualidades nutricionales, así como la relevancia social y económica que
representa para quienes lo cultivan.
Los estudios arqueológicos revelan que el fríjol, del género Phaseolus, se origina en el
continente americano.Al respecto se han encontrado evidencias con antigüedad
de 500 a 8 mil años en algunas regiones de México,Estados Unidos y Perú. No obstante, existe un relativo acuerdo respecto a su origen: México, que es también el lugar donde se diseminaron las primeras semillas hacia el sur del
continente americano, sitio en el que llega a cultivarse.En México existen evidencias arqueológicas de distintas especies de fríjol, que van
desde los mil 200 hasta los 9 mil años de antigüedad. Engleman,
por su parte, señala que en toda Mesoamérica se dieron cultivos de fríjol, maíz,
calabaza y chile que constituyeron la fuente alimenticia principal de las culturas que
habitaban esta región, cuyos antecedentes se remontan a más de 8 mil años.
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